Virtud por la que se confía
alcanzar una meta. Es una certeza que nos abre al futuro con alegría. Puede
esperarse también la liberación de un mal. El que tiene esperanza cree que es
posible alcanzar un beneficio, aunque éste sea difícil de obtener. Se apoya en
las propias fuerzas y en el auxilio de otros o de Dios.
El
vicio contrario por exceso es la presunción y, por defecto, la desesperanza. La
presunción imagina alcanzar las
cosas buenas sin mérito ni trabajo de su parte. El origen de la presunción es
la soberbia. La desesperanza no cree posible alcanzar una meta ni dejar de sufrir
un mal. Desestima las propias fuerzas como también la ayuda y el poder de otros
y de Dios. La falta de objetivos claros es otra causa de la desesperación.
Here comes the sun (Ya llega el sol), The Beatles
En oficina del trabajo, España
LA ESPERANZA RELIGIOSA
VIVO SIN VIVIR EN MÍ
SANTA TERESA DE JESÚS
Y tan alta vida espero
Que muero porque no muero.
Vivo ya fuera de mí,
Después que muero de amor;
Porque vivo en el Señor,
Que me quiso para sí:
Cuando el corazón le di
Puso en él este letrero,
Que muero porque no muero.
Esta divina prisión,
Del amor con que yo vivo,
Ha hecho a Dios mi cautivo,
Y libre mi corazón;
Y causa en mí tal pasión
Ver a Dios mi prisionero,
Que muero porque no muero.
¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros!
¡Esta cárcel, estos hierros
En que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
Me causa dolor tan fiero,
Que muero porque no muero.
¡Ay, qué vida tan amarga
Do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
No lo es la esperanza larga:
Quíteme Dios esta carga,
Más pesada que el acero,
Que muero porque no muero.
Sólo con la confianza
Vivo de que he de morir,
Porque muriendo el vivir
Me asegura mi esperanza;
Muerte do el vivir se alcanza,
No te tardes, que te espero,
Que muero porque no muero.
Mira que el amor es fuerte;
Vida no me seas molesta,
Mira que sólo te resta,
Para ganarte, perderte;
Venga ya la dulce muerte,
El morir venga ligero
Que muero porque no muero.
Aquella vida de arriba,
Que es la vida verdadera,
Hasta que esta vida muera,
No se goza estando viva:
Muerte, no me seas esquiva;
Viva muriendo primero,
Que muero porque no muero.
Vida, ¿qué puedo
yo darte
A mi Dios, que vive en mi,
Si no es el perderte a ti,
Para merecer ganarte?
Quiero muriendo alcanzarte,
Pues tanto a mi amado quiero,
Que muero porque no muero.
LOS CATEDRÁTICOS, LA ESPERANZA
LA ESPERANZA HUMANA
ANTE EL TEMOR Y EL DOLOR
REFRANES SOBRE LA ESPERANZA
- No hay mal que dure cien años.
- Jamás cerró una puerta Dios, sin que abriese dos.
- A cada santo, le llega su día.
- Nadie confía con exceso, en el auxilio de Dios (S. Tomás de Aquino).
- Donde una puerta se cierra, otra se abre (Cervantes).
- Vive ya desesperado, quien no tiene qué esperar (José Hernández).
- Mientras hay vida hay esperanza.
- Mientras hay esperanza hay vida.
- La hora más oscura, está cerca del amanecer.
- El tiempo cura todos los males.
- En lo más oscuro, Dios amanece.
- Para el que no sabe a qué puerto se dirige, ningún viento es favorable (Séneca).
- Ya lo pasado pasó; mañana será otro día (José Hernández).
- Cuando se cierran las puertas, Dios, en alguna parte, te abrirá una ventana.
- Después de la tormenta, viene la calma.
- Después de las nubes, el sol.
- De Dios se espera el bien, como de un amigo (S. Tomás de Aquino).
- A cada día su pesar y su esperanza.
- Dios aprieta, pero no ahoga.
- El más largo día, tiene su fin.
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