COMPRENSIÓN O TOLERANCIA


Virtud que quiere entender al otro y lo respeta, sin crítica, desprecio ni condena. La comprensión percibe la conexión entre los gestos, palabras y actitudes de alguno, con su ser y su interioridad. El comprensivo acepta con paciencia los defectos y miserias del otro, porque conoce los motivos de su actuar o su historia particular. Juzga los actos humanos con amor y misericordia, sin renegar por ello de la verdad y la justicia. El reconocimiento de las propias debilidades incrementa la capacidad de comprender al otro.  
A la comprensión se opone la permisividad por exceso, y el rigorismo o fariseísmo por defecto. La permisividad relativiza toda ley universal por un supuesto respeto a las diferencias individuales. Propugna un dejar ser y hacer, nivelando toda jerarquía de valores. El rigorismo, en cambio, por una fijación en la norma o “lo que debe ser”, no ve a la persona concreta y la desprecia con dureza. 



REFRANES SOBRE LA COMPRENSIÓN O TOLERANCIA

  • A cada cual, le duelen sus huesos.
  • Sólo el que carga el cajón, sabe lo que pesa el muerto.
  • Al que no lleva la carga, le parece que no pesa.
  • Cada uno delira, con su propia fiebre.
  • El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra (Evangelio).
  • Al miserable y al pobre, todo les cuesta el doble.
  • Cada cual siente, su propia hambre.
  • Lo que no puedes tú, no lo esperes de otro.
  • No hay pecado que otro haya cometido, que yo no pueda cometer (S. Agustín).
  • Cuando el corazón se hace oír, la dureza retrocede.
EL VICIO DE LA PERMISIVIDAD


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