CIVILIDAD O CORTESÍA


Virtud que atiende a las formas y modos en las relaciones sociales. Modera la manera de hablar, reír, mirar, gesticular…, siempre en orden a los otros. La cortesía toma distancia del otro para respetar su dignidad, evita toda fricción que pueda darse, y es sensible a la situación de los demás para adaptarse a ella. La persona cortes saluda primero, se detiene y cede el paso, pide disculpas ante cualquier molestia y sonríe amablemente. Es también llamada caballerosidad, decencia, buena educación...
A la civilidad se opone por exceso el formalismo y, por defecto, la chabacanería o grosería. El formalismo es el gesto sin sentido ni contenido que se vuelve falso y artificial. La chabacanería es una torpeza social que mira todo gesto bondadoso como superfluo. Despreciando las formas y los modos exteriores desprecia la expresión de lo más íntimo y esencial en las relaciones humanas. 

LOS BUENOS MODALES 





REFRANES SOBRE LA CIVILIDAD O CORTESÍA, EL FORMALISMO Y LA CHABACANERÍA

  • Quien da un grato saludo, recibe respuesta agradable.
  • Saludar, oír y responder, es propio del hombre cortés.
  • Hablar sentado con alguien parado, he aquí un mal educado.
  • A los ojos da tus ojos y, tu espalda, solo a la pared.
  • Sé mudo y sordo, en casa ajena.
  • No atiendas sólo a lo que digas, sino también al cómo lo digas.
  • Leer algo en compañía, sólo con permiso y mucha prisa.
  • Gran cosa es la fuerza de la cortesía (Cicerón).
  • Más vale educado que instruido.
  • A la tierra que fueres, haz lo que vieres.
  • A casa de tu vecino, a prestar favores, no a pedirlos.
  • Del atrevimiento viene el arrepentimiento.
  • Las opiniones no se imponen, se proponen.
  • Donde alguno esté triste, no rías a carcajadas.
  • No hay que mentar la soga, en casa de un ahorcado.  

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