Virtud que modera el modo de
vestirse o presentarse ante los otros. El que guarda decoro, se muestra natural,
modesto y sencillo, sin dejar de ser bello, creativo y significativo. La virtud
del decoro intenta agradar a los demás con moderación.
Se le opone por exceso la vanagloria,
la ostentación, la impudicia…, por defecto, la negligencia. La negligencia no pone el empeño o cuidado
necesario en los vestidos. En los vicios contrarios, el cuidado es excesivo.
Cuando la intención es seducir a quien no se debe, hablamos de impudicia. La vanagloria, vanidad u ostentación, pretende exaltarse o agradar
desordenadamente los otros. El lujo o
egoísmo utiliza demasiadas riquezas donde no debe, con indiferencia y
crueldad para los que carecen de recursos en la satisfacción de sus necesidades
básicas. Por la simulación se quiere
representar exteriormente lo que no se es.
REFRANES SOBRE EL DECORO Y SUS VICIOS
- El vestido hace al hombre.
- Gran cosa es mostrarse siempre tal cual se es (Séneca).
- Como te ven te tratan.
- El aspecto sencillo, cuadra con los hombres (Ovidio).
- Nadie mal vestido es bien tratado.
- El distraído considera sabio al necio bien vestido.
- Es propio del necio estimar a un hombre por su vestido o condición.
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