GRATITUD: Es la virtud que recompensa los beneficios gratuitamente recibidos
(Cf. II-II, 106).
Se debe tener en cuenta dos cosas para la recompensa: 1) la cantidad
y cualidad del don recibido; 2) el afecto de quién lo entrega: su amor, prontitud, animo, alegría, gratuidad (que es tanto mayor
cuanto menor es la obligación)… Debe apreciarse más el afecto del que da, que
el don que nos entrega. Según sean mayores o menores estas dos cosas, el
beneficio será mayor o menor.
La gratitud implica tres pasos generales: 1) la percepción y
reconocimiento del beneficio recibido. Aunque el don se haya hecho con
“injuria, tardanza y tristeza” (II-II, 106, 3, obj2). “Lo propio de un alma
grande es prestar más atención a lo bueno que a lo malo” (II-II, 106, 3, rta
2); 2) el dar las gracias inmediatamente:
con respeto y honor, con alabanzas, con buen trato, recibiendo el don con
agrado y efusivamente; 3) recompensar según las posibilidades y circunstancias.
Esto debe hacerse en el tiempo propicio, no inmediatamente, “porque si,
inoportunamente, quiere uno devolver en seguida un regalo por otro, tal
recompensa no parece acto virtuoso” (II-II, 106, 4, c). “En casos
excepcionales, se debe socorrer y alimentar al bienhechor, si es que lo
necesita” (II-II, 106, 3, c).
“Así como el beneficio consiste más en el afecto que en el don, de
igual modo en la gratitud lo principal es el afecto” (II-II, 106, 3, rta 5).
En todo den gracias, porque esto es lo que Dios, en
Cristo Jesús, quiere de ustedes” (I Tes 5, 18).
Ingratitud
La ingratitud por exceso “recompensa por lo que no se debe o más
pronto de lo que se debe” (II-II, 107, 2, c), por defecto, no recompensa el
beneficio recibido. Pero es de la “falta de gratitud de donde, propiamente
hablando, se toma el nombre de ingratitud” (II-II, 107, 2, c).
La ingratitud puede ser por omisión u oposición. La ingratitud por
omisión, niega los tres pasos de la gratitud antes descriptos: primero, el más
grave, no percibiendo ni reconociendo el bien recibido; segundo, disimulando
haberlo recibido; tercero, no recompensando el beneficio (Cf. II-II, 107, 2,
c).
La ingratitud por oposición, que es más grave que la ingratitud
por omisión, sigue también los tres
pasos de la gratitud, pero ahora contradiciéndolos: primero, el más grave, percibiendo
el beneficio como un daño, segundo, despreciando el bien recibido, tercero,
devolviendo males por bienes (Cf. II-II, 107, 2, c).
Actitudes
ante los bienes recibidos
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Primero
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Segundo
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Tercero
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Gratitud
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Percibe el bien recibido
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Alaba y da gracias
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Recompensa el beneficio
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Ingratitud por omisión
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No percibe el bien recibido
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Disimula lo recibido
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No recompensa lo recibido
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Ingratitud por oposición
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Percibe lo bueno como malo
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Desprecia lo recibido
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Devuelve mal por bien
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