miércoles, 30 de enero de 2019

GRATITUD


GRATITUD: Es la virtud que recompensa los beneficios gratuitamente recibidos (Cf. II-II, 106).
Se debe tener en cuenta dos cosas para la recompensa: 1) la cantidad y cualidad del don recibido; 2) el afecto de quién lo entrega: su amor, prontitud,  animo, alegría, gratuidad (que es tanto mayor cuanto menor es la obligación)… Debe apreciarse más el afecto del que da, que el don que nos entrega. Según sean mayores o menores estas dos cosas, el beneficio será mayor o menor.
La gratitud implica tres pasos generales: 1) la percepción y reconocimiento del beneficio recibido. Aunque el don se haya hecho con “injuria, tardanza y tristeza” (II-II, 106, 3, obj2). “Lo propio de un alma grande es prestar más atención a lo bueno que a lo malo” (II-II, 106, 3, rta 2);  2) el dar las gracias inmediatamente: con respeto y honor, con alabanzas, con buen trato, recibiendo el don con agrado y efusivamente; 3) recompensar según las posibilidades y circunstancias. Esto debe hacerse en el tiempo propicio, no inmediatamente, “porque si, inoportunamente, quiere uno devolver en seguida un regalo por otro, tal recompensa no parece acto virtuoso” (II-II, 106, 4, c). “En casos excepcionales, se debe socorrer y alimentar al bienhechor, si es que lo necesita” (II-II, 106, 3, c).
“Así como el beneficio consiste más en el afecto que en el don, de igual modo en la gratitud lo principal es el afecto” (II-II, 106, 3, rta 5).

En todo den gracias, porque esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de ustedes” (I Tes 5, 18). 

Ingratitud
La ingratitud por exceso “recompensa por lo que no se debe o más pronto de lo que se debe” (II-II, 107, 2, c), por defecto, no recompensa el beneficio recibido. Pero es de la “falta de gratitud de donde, propiamente hablando, se toma el nombre de ingratitud” (II-II, 107, 2, c).
La ingratitud puede ser por omisión u oposición. La ingratitud por omisión, niega los tres pasos de la gratitud antes descriptos: primero, el más grave, no percibiendo ni reconociendo el bien recibido; segundo, disimulando haberlo recibido; tercero, no recompensando el beneficio (Cf. II-II, 107, 2, c).
La ingratitud por oposición, que es más grave que la ingratitud por omisión,  sigue también los tres pasos de la gratitud, pero ahora contradiciéndolos: primero, el más grave, percibiendo el beneficio como un daño, segundo, despreciando el bien recibido, tercero, devolviendo males por bienes (Cf. II-II, 107, 2, c).


                                Actitudes ante los bienes recibidos


Primero
Segundo
Tercero
Gratitud
Percibe el bien recibido
Alaba y da gracias
Recompensa el beneficio
Ingratitud por omisión
No percibe el bien recibido
Disimula lo recibido
No recompensa lo recibido
Ingratitud por oposición
Percibe lo bueno como malo
Desprecia lo recibido
Devuelve mal por bien


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