Virtud que busca alegrar al
otro cotidianamente, de modo especial en la tristeza. Es una amistad o amor
general para con todos. La persona afable se muestra con rostro jovial en la
convivencia, alienta en la dificultad con sabios consejos, y promueve para hacer
el bien y progresar en las buenas obras. Hace la vida agradable a los que viven
con uno.
A la afabilidad se oponen
por exceso la adulación y, por defecto, el litigio. La adulación intenta agradar al otro para obtener algún beneficio, o
en las cosas que no se saben si son ciertas, o alabando el pecado cometido. El litigio, en cambio, contradice o
entristece al otro intencionalmente y sin reparo alguno.
UTOPÍA
El hombre es
para el hombre salvación y consuelo. Es esencialmente humano suavizar lo más
posible las penas de los demás, hacer desaparecer la tristeza, devolver la
alegría de vivir, es decir, dar placer al prójimo.
Refranes sobre la afabilidad
- Para ser amado, sé amable (Ovidio).
- Más vale caer en gracia, que ser gracioso.
- La compañía alivia el sufrimiento.
- Aliviar el dolor, es obra divina.
- Al mal tiempo, buena cara.
- Un corazón alegre, se nota en los ojos.
- La alegría no se exige, se contagia.
- La alegría rejuvenece, la tristeza envejece.
- Quién canta, el mal espanta.
- Da bien y da mucho, quien da con rostro alegre.
- Disentir en lo pequeño, es como no disentir (S. Tomás de Aquino).
Refranes sobre la adulación
- Hoy adulador, mañana traidor.
- Cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía.
Refranes sobre el litigio
- Un pleito engendra otro pleito.
- Un santo triste es un triste santo (S. Teresa de Ávila)
- Que nadie te odio con razón (Publilio Syro).
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